El sueño de una manzana
Por: Ana E. González Servín
Ella vivía feliz en Zacatlán
Cuando miró los ojos cafés de él
Y su ser supo que le sería fiel
Con su amado se fue a Mazatlán
Dieron rienda suelta a su pasión
Que sentían como profundo amor
Convirtiéndose en el gran motor
De su vida hasta perder la razón,
Todo había sido un vil sueño,
Despertó bañada en sus lágrimas
Agridulces al no ver a su dueño
Su corazón de manzana crujiente,
Grande, jugoso y muy mordidito
Quedó por su adorado doliente.



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