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7/14/2013

Soneto a la manzana


El sueño de una manzana
Por: Ana E. González Servín

Ella vivía feliz en Zacatlán
Cuando miró los ojos cafés de él
Y su ser supo que le sería fiel
Con su amado se fue a Mazatlán

Dieron rienda suelta a su pasión
Que sentían como profundo amor
Convirtiéndose en el gran motor
De su vida hasta perder la razón,

Todo había sido un vil sueño,
Despertó bañada en sus lágrimas
Agridulces al no ver a su dueño

Su corazón de manzana crujiente,
Grande, jugoso y muy mordidito
Quedó por su adorado doliente.

7/13/2013

Mi soneto personal


La pérdida
Por: Ana E. González Servín


Tenías esa sonrisa infantil
Y mis ojos se clavaron en ella
Cuando miraba a una estrella
Sin saber que era alma volátil,


Pues quede prendida de sus encantos
Que fueron invadiendo mi sonrisa
Y cada melodía de mi risa,
Provocando en mí, de amor cantos,


Pero el destino es un vil ladrón
Que roba de ti sueños, esperanzas…
Hasta dejar vacío tu corazón.


Cuando desperté sentí su ímpetu
Y que una parte de mí ha muerto,
Ahora sé que no soy yo, eres tú.
 
 
 



Poema


Don Goyo
Por: Ana E. González Servín

Fue en un atardecer del mes de mayo

Estabas allí, en medio del smog

Que dificultaba ver tu rostro

Pero, conforme me acerqué

Te vi inmóvil, distante…

Observando todo lo que sucedía

A tu alrededor,

 No te hizo falta pronunciar

Palabra alguna, pues tu sola

Presencia se impone.

Algunas veces aparentas

Ser cálido, pero otras frio,

Y me pregunto qué es lo que

Marcó tu alma,

 Los que saben dijeron que

Albergas un gran dolor

En lo más profundo de tu ser, pues

En tu juventud perdiste a tu gran

Y único amor.

Supongo que el cariño

Que te brindan los que te

Quieren no es suficiente

Para cubrir tu gran pérdida,

Por eso algunas veces, desesperas

 pareces explotar, pero finalmente,

Retomas la serenidad y vuelves

A tu soledad

Y los demás no podemos hacer nada,

Más que desear que los dioses te den

Tiempo, sí, aún más tiempo,

Para alcanzar un poco de consuelo

En este que es tu suelo.

Mi nueva palabra


Erotán
Por: Ana E. González Servín
 
Erotán: lugar paradisiaco ubicado en lo más profundo de tus pensamientos cuando quieres huir del caos.
Erotán es un lugar en el que se respira un aire de tranquilidad y un ambiente armonioso entre todos los visitantes. Allí, puedes apreciar un maravilloso cielo azul, con enormes nubes que tienen gran diversidad de formas que van desde conejos hasta rostros de perros. El mar tiene también un hermoso color azul profundo y el sonido que transmite te llena el espíritu de paz aún cuando sus grandes olas se dejan ir sobre ti. La brisa nunca descansa y siempre está despeinándote y acariciándote la piel muy suavemente mientras tus pies se hunden en su blanca arena brindándote una deliciosa sensación que no se compara ni con el mejor aparato de masajes sobre la faz de la tierra. En cuanto a su flora se refiere hay una gran cantidad de diferentes especies, cada una con diferentes olores, formas, colores, y texturas; hay grandes y pequeños árboles que tienen varias tonalidades de verde en cada una de sus hojas; sus grandes palmeras tienen grandes, jugosos y dulces cocos. Cabe mencionar, que aquí el sol es benévolo porque te baña con su luz sin quemarte en ningún momento. Por otra parte, puedes sentarte en cualquier momento del día a orilla del mar para disfrutar del hermoso espectáculo que ofrecen sus diferentes especies marinas como delfines y ballenas que cuando las ves te recuerdan lo pequeño que eres.
En este lugar no hay automóviles, ni casas, ni calles que cruzar con la finalidad de conservar la armonía, orden y limpieza de la playa.
Aquí, las personas suelen andar desnudas para poder experimentar a plenitud todas las maravillosas sensaciones que emanan de la naturaleza. Aquí no existen las clases sociales, lo que hace que los visitantes se sientan libres y felices y que puedan convivir en armonía.
Sin duda alguna, Erotán es el mejor lugar para escapar de lo que nos ofrece la rutina diaria.
 
 



6/02/2013

Bolero

La culpa
 
Por: Ana E. González Servín

No puedo olvidar a esa mujer,
Que alguna vez estuvo entre mis brazos
Y que no quiso fortalecer lazos
Conmigo porque sus pensamientos
Se llenaron de remordimientos

Al recordar que mío fue su corazón
Y que juntos vivíamos una intensa pasión
Cuando nos escondíamos de la luz del cielo
Y el calor de los dos derretía de nuestros cuerpos el hielo.

Y cómo olvidarla cuando
En mi pecho quedaba adormecida
Y ahora, solo queda arrepentida.
A mí me falta harto valor

Para dejarla ir porque me causará dolor,
Pero debo hacerlo porque su indiferencia
Golpea como un látigo a mi existencia,
Y tendré que aguantar este maldito sentimiento
Que me ahoga por dentro y me llena de sufrimiento.
No sé cómo hacerle entender que no miento.

Y que todo lo que siento es cierto
Pero, poco a poco, siento que debo seguir
Por este camino árido que es el desierto,
Pues yo también culpa he comenzado a sentir
Porque eras la amada mujer de mi hermano
Y sé que jamás debí tocarte siquiera la mano.

Ahora, mi castigo será la eterna soledad
Que desde ahora me provoca una gran ansiedad.
Ojalá, mi hermano de nosotros tenga piedad;
Llevaremos esta culpa hasta que nuestro corazón deje de latir.

 

 

 

Erotismo en el llano

Erotismo en la sociedad post-revolucionaria
 
Por: Ana E. González Servín

El libro El llano en llamas del escritor mexicano Juan Rulfo, describe como vivía la sociedad mexicana en la época posterior a la revolución mexicana y en éste se pude apreciar la gran desilusión, la extrema pobreza y la emigración que provocó el fracaso de ésta. Pero a lo largo de los cuentos no solamente se pueden ver situaciones como ésas, sino que  el autor también nos presenta la forma en que la gente desahogaba su erotismo (búsqueda de la excitación y placer sexual)[1] al grado de pasar por alto los mandatos religiosos que posteriormente, provocarían sentimientos de culpa como se muestra en el cuento de Talpa o bien, se busca justificar el hecho de haber dado rienda suelta a los deseos más íntimos como lo muestra el personaje de Felipa en el cuento de Macario. Por último, en Es que somos muy pobres, el desarrollo de la niña Tacha causa angustia a los padres por no querer que su hija se convierta en piruja.

A continuación, este texto recoge las descripciones que hacen los personajes con la finalidad de mostrar su manera de sentir y vivir el erotismo.
Es que somos muy pobres
En este cuento se relata la pérdida de una vaca que era el único recurso  con el que contaba la niña Tacha que corría el riesgo de convertirse en una “piruja” como sus hermanas mayores. Al parecer, Tacha estaba por convertirse en una joven muy atractiva y se relata lo siguiente:

[…] la Tacha, que va como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atención. […] le llenará lo ojos a cualquiera a donde quiera que la vean[2] […]

[…] los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición[3].

Talpa
En primer lugar, comenzaré con el cuento de Talpa. En este se narra la historia de un hombre enfermo que se llamaba Tanilo Santos y que tenía   su cuerpo, a excepción de su rostro, cubierto por llagas que lo hacían sentir cerca de la muerte. Tal circunstancia impedía que él pudiera tener vida intima con su esposa Natalia quien calmaba sus deseos en los brazos del hermano de Tanilo el cual nos relata sus encuentros con Natalia:

Yo ya sabía desde antes lo que había dentro de Natalia. Conocía algo de ella. Sabía, por ejemplo, que sus piernas redondas, duras y calientes como piedras al sol del mediodía, estaban solas desde hacía tiempo. Ya conocía yo eso. Habíamos estado juntos muchas veces […][4]

Si bien Natalia sabía que no debía traicionar a su esposo, el deseo era mucho más fuerte que ella, pues,  el hermano vuelve a relatar:

Me acuerdo muy bien de esas noches. Primero nos alumbrábamos con ocotes. Después dejábamos que la ceniza oscureciera la lumbrada y luego buscábamos Natalia y yo la sombra de algo para escondernos de la luz del cielo. Así nos arrimábamos a la soledad del campo, fuera de los ojos de Tanilo y desaparecidos en la noche. Y la soledad aquella nos empujaba uno al otro. A mí me ponía entre los brazos el cuerpo de Natalia y a ella eso le servía de remedio. Sentía como si descansara; se olvidaba de muchas cosas y luego se quedaba adormecida y con el cuerpo sumido en un gran alivio[5].

Por otra parte, se muestra también como al hermano de Tanilo nunca le importo que Natalia fuera la esposa de su hermano, él, al igual que Natalia se dejaba llevar por su deseo y relata lo siguiente:

Siempre sucedía que la tierra sobre la que dormíamos estaba caliente. Y la carne de Natalia, la esposa de mi hermano Tanilo, se calentaba enseguida con el calor de la tierra. Luego aquellos dos calores juntos quemaban y lo hacían a uno despertar de su sueño. Entonces mis manos iban detrás de ella; iban y venían por encima de ese como rescoldo que era ella; primero suavemente, pero después la apretaban como si quisieran exprimirle la sangre. Así una y otra vez, noche tras noche, hasta que llegaba la madrugada y el viento frio apagaba la lumbre de nuestros cuerpos […][6]
Posteriormente, relata que están cerca del remordimiento y del recuerdo de Tanilo.

Macario
Es la historia de un joven que padece de sus facultades mentales  que vive con su madrina y su sirvienta Felipa, quien aprovechándose de que él siempre tenía hambre buscaba la forma de desfogar sus deseos más íntimos, amamantando al joven.
 Macario relata lo siguiente:

Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero…la leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco…Ahora ya hace mucho tiempo que no me da d chupar de los bultos esos que ella tiene donde tenemos solamente las costillas, y de donde le sale, sabiendo sacarla, una leche mejor que la que nos da mi madrina…Felipa antes iba todas las noches al cuarto donde yo duermo, y se arrimaba conmigo, acostándose encima de mí o echándose a un ladito. Luego se las ajuaraba para que yo pudiera chupar de aquella leche dulce y caliente que se dejaba venir en chorros por la lengua […][7]
Posteriormente, se nota como el personaje de Felipa busca justificar lo que le hace a Macario:

Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le contará al señor todos mis pecados. Que irá al cielo muy pronto y platicará con él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo. Ella le dirá que me perdone, para que yo no me preocupe más. Por eso se confiesa todos los días […][8]
Conclusión
Para finalizar, puedo decir que en esta obra el autor nos mostró como fue una sociedad marcada por la desilusión, la ideas religiosas y la extrema pobreza, pero también a través de los relatos de Talpa, Macario y Es que somos muy pobres nos enseña cómo era la forma en que vivían su erotismo los personajes, enseñándonos como nadie puede escapar de su propia naturaleza rompiendo así las reglas sobre todo religiosas.
Por otra parte, desde mi punto de vista, el autor descarga un gran contenido de erotismo a través de las descripciones tan detalladas que hace de la situaciones que llevaban a los personajes a buscar su placer sexual y al mismo tiempo, logra estimular todos los sentidos del lector.
 



 

 

 

 

 

 

 




[1] Tomás García (Dir.), Diccionario enciclopédico  Larousse, ed., Larousse, 2009, s.v.
[2] Juan Rulfo, El llano en llamas, México, edit., RM & Fundación Juan Rulfo, 2005,  p. 27.
 
[3] Ibíd.., p. 28.
[4] Ibíd.., p. 51.
[5] Ibíd.., p. 52.
[6] Ibídem.
[7] Juan Rulfo, Op. Cit., p. 63.
[8] Ibíd.., p. 63, 64.

Comparando

El gran festejo: la boda
Por: Ana E. González Servín

En el libro del escritor Gabriel García Márquez titulado Crónica de una muerte anunciada en donde los hechos se desarrollan en una provincia de Colombia el autor hace referencia a algunas festividades de ese lugar como las fiestas patrias y patronales sin dar mayor detalle, pero la fiesta que describe casi en su totalidad, es la boda de los personajes de Ángela Vicario y Bernardo San Román.
 Lo que me llevo a recordar algunas vivencias con respecto a esta ceremonia en México. Este texto expone la semejanza que existe entre ellas sin importar que sean de lugares distintos y la gran importancia que tiene, por ejemplo, entre los habitantes de México y  de Colombia que se cuenta en la novela.
En Colombia
Para empezar, en la novela se aprecia como para los padres de la novia es muy importante que se case y que salga vestida de blanco de su casa de ahí que la madre de la prometida expresara: “Nuestras hijas se casan en nuestro chiquero o no se casan”[1]. Así que se dieron a la tarea de pintar de amarillo la casa, de enderezar las puertas, de componer los pisos, las cercas de los patios dejándola lo más digna posible. También se relata que pidieron prestadas las cosas contiguas prestadas para poder bailar y pusieron mesones de carpinteros para sentarse a comer bajo la sombra de los tamarindos[2]. Luego, en la iglesia se colocaron arreglos florales y las calles se adornaron con guirnaldas de colores[3]. Por otra parte, los invitados se ponen sus mejores prendas de vestir, por ejemplo, las hermanas del novio vestían de terciopelo con grandes mariposas prendidas con pinzas de oro en la espalda; el padre llevaba un penacho de plumas y una curaza de medallas de guerra de su padre. El padre de la novia llevaba su camisa bien acartonada de engrudo y un batón que se le había comprado especialmente para la ocasión. Cabe mencionar que algunos de ellos hicieron lo que generalmente no suelen hacer como tocar el violín y una monja bailo al ritmo del merengue con su hábito[4].
Ahora bien para el banquete se menciona que sacrificaron cuarenta pavos, once cerdos y cuatro terneras que el novio puso a asar para el pueblo en la plaza pública; se consumieron 205 cajas de alcoholes y casi 2000 botellas de ron de caña que fueron repartidas entre la muchedumbre[5]. No cabe duda de que en ese momento al menos se borraron las diferencias sociales pues en el relato se dice que no hubo una sola persona, ni pobre ni rica que no hubiera participado de algún modo. Además hubo música, cohetes y el tradicional granizado de arroz.
En el Estado de México
Hace un par de años tuve la oportunidad de asistir a una boda en el Estado de México. En esa ocasión el festejo se realizo en un gran salón que también fue adornado con muchos arreglos florales.
Recuerdo que la novia llegó con su clásico vestido largo blanco y su velo y el novio tenía puesto su clásico traje de novio y  ya esperaba por ella para empezar con el ritual. Cabe mencionar que los invitados fueron vestidos de manera formal para la ocasión, por ejemplo, los hombres iban con traje y usando corbata, las mujeres de vestido y zapato de tacón alto; las niñas iban de vestido y los niños con camisa, pantalón y zapatos de vestir. También en esta fiesta muchas personas hicieron lo que usualmente no acostumbran hacer, por ejemplo, el padre del novio que era muy serio se atrevió a bailar salsas.
Por otra parte, el padre del novio me platicó que hizo una gran inversión para la fiesta pues había tenido que invitar a todos los habitantes del lugar de donde era la novia porque así se acostumbraba. Me contó que se había sacrificado una gran cantidad de cerdos y de gallinas (no recuerdo las cantidades exactas) y en este caso también se prepararon grandes cazuelas con mole y arroz. Luego, se consumieron varias cajas de licores que fueron compartidas entre la gran cantidad de asistentes que si bien no estaban todos en el gran salón, si afuera de éste festejando también.
La música estuvo a cargo de una banda que toco varios géneros. Al finalizar la boda a altas horas de la madrugada también hubo el granizado de arroz cuando los novios abandonaron el lugar.
En Hidalgo
Por último, la boda más reciente a la que fui fue hace dos meses en Hidalgo. La novia igualmente uso un vestido blanco y largo y el novio un traje de color gris. La novia salió de su casa para dirigirse a la iglesia del pueblo que fue adornada con arreglos florales y en donde la esperaba su prometido. Al finalizar la ceremonia los asistentes lanzaron arroz a los novios. Después todos nos dirigimos al salón en donde se llevaría a cabo la fiesta. El salón era grande también y fue adornado con flores blancas y globos plateados.
En esta ocasión hubo menos invitados porque el pueblo era más pequeño y no todos iban vestidos formalmente pero al platicar con muchos de ellos comentaban que para ellos era muy importante acompañar a los novios en ese día tan especial y desearles todas las bendiciones.
Para el banquete, también se sacrificó a una gran cantidad de cerdos pues al día siguiente las familias hicieron el precalentado, es decir, reunirse para comer lo que había quedado del día anterior. También se sirvió consomé de barbacoa típica de ese lugar y acompañada de tortillas, pulque y refrescos.
También la música corrió a cargo de una banda para después dar paso al sonido con un giro total de géneros musicales como salsa, cumbia, rock and roll, etc.
Para finalizar puedo decir que la boda es una de las festividades más importantes en la vida de los seres humanos, aunque en la ciudades haya disminuido este tipo de festividades (por diversos factores), sin duda alguna, en muchas provincias de México u otros países como nos lo mostró la novela de García Márquez que se desarrolla en una provincia de Colombia, se sigue efectuando de manera majestuosa.











[1] Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada, México, Planeta, 2010, p. 44.
[2] Ibidem.
[3] Ibid. p. 46.
[4] Ibid. p. 47.
[5] Ibid. p. 22.